Descubre el movimiento del turismo lento y cómo te ayuda a viajar mejor, con más sentido y menos estrés
¿Te agotan los viajes llenos de planes, colas y fotos? Entonces el turismo slow es para ti. Este movimiento propone viajar despacio, con conciencia y conexión. No se trata de ver más, sino de vivir mejor cada lugar.
¿Qué es el turismo slow?
Nace como respuesta al turismo de masas y ritmo frenético. Su lema es simple: viaja menos rápido, siente más profundo. Prioriza experiencias locales, contacto humano, respeto al entorno y ritmos naturales.
Beneficios del turismo slow:
- Disfrutas más del presente
- Conectas mejor con el entorno
- Apoyas a la economía local
- Reduces tu huella medioambiental
- Descansas de verdad
¿Dónde practicarlo en España?
1. En pueblos rurales
Como Pedraza, Alquézar, Frigiliana o Valverde de los Arroyos. Lugares donde el reloj casi no importa.
2. En la naturaleza
Rutas suaves a pie, baños de bosque, observación de aves, paseos en burro o en bici.
3. En la cocina
Talleres gastronómicos, mercados locales, catas artesanales. Cocinar (y comer) sin prisa.
4. En la conversación
Conocer a los anfitriones, compartir una historia, aprender de otro estilo de vida.
5. En el silencio
Retiros, alojamientos sin televisión, lugares donde escuchar el viento o el mar.
Consejos para un viaje slow:
- Elige 1 o 2 planes al día, no más
- Dedica tiempo a no hacer nada
- Compra local y de temporada
- Usa transporte público o camina
- Escucha más de lo que fotografías
En Turistia apostamos por el turismo slow como forma de viajar con sentido. Porque a veces, viajar más despacio es la forma más rápida de volver a conectar contigo y con el mundo.